SEMANA 1

Reducir: Apagar luces y desconectar aparatos eléctricos cuando no estén en uso

Durante esta primera semana, me propuse ser más consciente del consumo energético en casa. Una de las acciones que realicé fue apagar las luces en las habitaciones que no estaba utilizando y desconectar los aparatos eléctricos que permanecían en “stand by”, como cargadores, televisores y computadoras. Aunque muchas veces dejamos estos dispositivos conectados sin pensar, ellos siguen consumiendo energía y contribuyen al gasto innecesario.

Esta práctica sencilla tiene un gran impacto, ya que el ahorro energético no solo reduce la factura eléctrica, sino que también disminuye la demanda de energía que, en muchas regiones, proviene de fuentes contaminantes como los combustibles fósiles. Así, al consumir menos energía, ayudamos a reducir la emisión de gases de efecto invernadero y la contaminación ambiental, además de conservar recursos naturales que son limitados.

Reutilizar: Dar una segunda vida a frascos de vidrio

Otra actividad que realicé fue la reutilización creativa de frascos de vidrio que normalmente irían a la basura. En lugar de desecharlos, los limpié cuidadosamente para darles un nuevo uso. Algunos los convertí en recipientes para almacenar alimentos secos como arroz, semillas o especias, lo que ayuda a mantenerlos frescos y organizados en la cocina.

Esta práctica evita la compra de nuevos recipientes de plástico o envases desechables, que suelen generar más residuos y contaminación.

Reutilizar objetos que ya tenemos es una manera muy efectiva de alargar su vida útil, reducir la generación de basura y fomentar la creatividad al encontrarles nuevos usos.

Reciclar: Separar residuos orgánicos y plásticos para reciclaje

Finalmente, inicié el hábito de separar en casa los residuos según su tipo: orgánicos y plásticos. Para ello, destiné recipientes diferentes para cada tipo de material y procuré mantenerlos limpios para facilitar su reciclaje posterior.

Separar correctamente los residuos es fundamental para que puedan ser procesados y reutilizados adecuadamente, evitando que terminen en rellenos sanitarios o en el medio ambiente, donde tardan años en degradarse. Con esta práctica, colaboro con la reducción del volumen de basura y promuevo un ciclo de vida más responsable para los materiales.

Además, informarme sobre los puntos de recolección y reciclaje local me permitió estar mejor preparado para llevar los materiales reciclables a los centros adecuados.

---

Estas tres actividades, aunque parecen pequeñas, representan un gran paso inicial hacia una vida más sustentable. Con cada acción contribuyo a cuidar el planeta y a fomentar hábitos que espero fortalecer en las próximas semanas.